JOSÉ JERÍ Y EL ESTILO BUKELE: ENTRE EL IMPULSO Y EL RIESGO DEL PROTAGONISMO

A quince días de haber asumido la Presidencia de la República, José Jerí ha mostrado una voluntad clara de marcar distancia con los estilos tradicionales del poder. Su juventud y energía lo llevan a participar directamente en operativos y acciones de gobierno, una actitud poco común en los últimos mandatarios y que, sin duda, ha generado una primera impresión positiva en parte de la ciudadanía. No gobierna desde el escritorio, sino desde el terreno.

Sin embargo, su entusiasmo inicial ha estado acompañado de errores de comunicación y decisiones apresuradas. El caso del manifestante fallecido durante la protesta contra su gobierno y el Congreso demostró que la improvisación política puede tener un alto costo. Si bien las investigaciones evidenciaron que el suboficial Magallanes actuó en defensa propia, la respuesta precipitada del Ejecutivo —al anunciar responsabilidades y compensaciones sin sustento claro— reveló una preocupante falta de prudencia institucional.

El gobierno de transición comienza a mostrar señales de consolidación, pero el equipo que rodea al presidente debe entender que la política no se maneja solo con energía y buena voluntad. La estrategia, la mesura y la comunicación coherente son tan importantes como la acción directa.

José Jerí tiene a su favor la juventud, la imagen de renovación y la oportunidad de encarnar una nueva generación de liderazgo. Pero si aspira a convertirse en una figura presidenciable a futuro, debe evitar que el ímpetu se confunda con populismo o improvisación. El país necesita resultados concretos, no solo gestos simbólicos.